Pero lo cierto es que un buen día, poco antes de las elecciones municipales en España , multitud de jóvenes comenzaron a reunirse y a acampar en las plazas españolas y tomamos conciencia de que algo había dejado de funcionar.
Y todos ellos forman parte de nn nuevo movimiento bautizado: 15M o Mov. de indignados que ha venido a constatar que algo está cambiando. La repercusión social ha sido inmediata en todos los medios, como ejemplo en Público y en buena parte de los intelectuales progresistas, que han seguido la estela de Stéphane Hessel, autor del milagro editorial «¡Indignaos!» y héroe de la Resistencia francesa , que ha expresado el deseo de que su alegato contra la indiferencia y a favor de la insurrección pacífica se «contagie» por todo el mundo. Y este movimiento ha tenido una repercusión profunda, aunque poco comprendida por muchos. Pero veamos algunas de sus reivindicaciones:
- Reforma de la Ley electoral. Una ley electoral que garantice la igualdad de voto y no fomente el bipartidismo y la alternancia en el poder.
- Democracia participativa. No conceder la autoridad sino que los ciudadanos tengan voz y voto en las decisiones más importantes. Y que el voto nulo sea tenido en cuenta.
- Intolerancia a la corrupción y transparencia política y bancaria. El nivel de corrupción ha alcanzado, según ellos, un nivel muy alto. Existe una corrupción que afecta a la separación de poderes que debe volver a su idea original, distinguiendo poder político y judicial.



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