
El bosque
Manuel Vicent, EL PAÍS

CUESTIONES
1. Indique las ideas del texto y explique su organización.1a. Organiza las ideas del texto, por importancia o jerarquía, azules principales, rojas, secundarias:
1b. Después explica su organización. Las estructuras que seguimos son:
- Estructura deductiva: la tesis se presenta al principio y a continuación aparecen los argumentos.
- Estructura inductiva: se presentan primero los argumentos, y al final del texto, aparece la tesis.
- Estructura encuadrada: se expone la tesis al inicio, se aportan argumentos y finaliza con una conclusión que recoge la tesis.
2. Indique el tema y escriba un resumen del texto.
2a. Di el tema del texto. (El mensaje y la intención que tiene su autor,a, a ser posible en una sola oración)
Partiendo del terror en los cuentos infantiles, es una advertencia de los posibles peligros que pueden llegar a encontrarse los niños por Internet. 2b. Haz el resumen del texto, (De forma objetiva, 20% del total)
Desde siempre se ha usado en los cuentos infantiles la idea de los bosques que habitaban elfos, enanitos o criaturas de gran belleza y en los que se corría el peligro de perderse o de ser atrapados por lobos. Bosques en los que habitaba siempre alguna princesa o Caperucita que al final del cuento era rescatada por un príncipe azul. Sin embargo ahora el peligro real está en ese bosque digital llamado Internet

3. Comentario crítico sobre el contenido del texto.
- Localización: Pequeño acercamiento al texto, autor,…
- Explicación razonada contenido: Esclarecer las ideas del texto
- Valoración subjetiva: Formular juicios argumentados sobre las ideas del texto que resalten sus valores, defectos o posibles matizaciones. Se trata de expresar tus propias ideas tomando como base las expuestas por el autor y confrontarlas razonadamente con las propias.
Como bien expone en el artículo, en internet está “todo”. Tanto lo bueno de la inteligencia humana, hasta cualquier chorrada. Pero por desgracia para muchos, también está todo lo que no se debería de consumir y mucho menos a ciertas edades.
El porno es una industria perversa que confunde a los adolescentes. Les hace ver el sexo de una forma sucia e irreal, y desde mi punto de vista bastante machista ya que siempre es el hombre el dominante, todo esto llevado a la vida real puede llegar a ser desmotivador y frustrante. El sexo real es algo maravilloso, tiene amor y complicidad con la otra persona sin necesidad de ser perfectos, solo importa el momento.
Internet también está plagado de buitres ansiosos por destruir alguna vida. Desde hace algunos años dar a un corazón en una aplicación o a una equis se ha convertido casi en el poder para mover el mundo. Nos importa demasiado la opinión de los demás. Y nos metemos con las apariencias y con los físicos que pueda tener la gente sin pararnos a pensar en cómo le puede afectar a esa persona nuestra opinión. Nunca la opinión de un desconocido había importado tanto como en los últimos años y todo por culpa de internet. Internet tiene el lado bueno de acercarnos a personas maravillosas que si no fuese por él jamás conoceríamos, pero también tiene el lado malo de acercarnos a personas “tóxicas”.
El bosque de un cuento infantil casi siempre es un lugar mágico y no tenebroso, así debería de ser el bosque llamado internet.
La adecuación al género periodístico, en concreto al artículo de opinión, es magistral. Desde su perspectiva, un hecho actual (los peligros de Internet), criticando algo tan cercano, que es inevitable suscita interés en el lector. Además, el título, por sí mismo, capta la atención e invita a continuar leyendo la columna, al percatarse de que el texto no trata de lo que podía parecer a simple vista.
Es indudable su actualidad; hace apenas unos años, no podía hablarse de Internet ni siquiera intuirse su existencia. Se plasma aquí el contraste entre la infancia de aquellos que crecieron con el miedo que implicaban los cuentos infantiles, el lobo feroz y el perderse en un bosque fantástico, y la actual, en la que los niños parecen nacer sabiendo utilizar cualquier dispositivo electrónico y deben enfrentarse al peligro que esto supone. Manuel Vicent nos muestra la realidad de lo que hoy consideramos una generación digital de una manera nueva y original. La comparación entre generaciones, la metáfora de Internet como una “selva digital” es admirable.
Vivimos en una sociedad acostumbrada a la aparente inocuidad de la red, que raramente se fija en su parte más sombría. La Caperucita que encuentra su foto circulando por Internet y es atacada por un “lobo digital” (“se vea con terror a sí misma posando de forma obscena en la pantalla. ¿Quién le robó esa foto?”), me recuerda la películas como Trust (2010) la historia de una joven que cae en las redes de un depredador sexual siendo engañada a través de un chat o Cyberbully (2015) que presenta el acoso online y advierte del peligro de compartir información comprometida en la red. Además, en canales como MTV encontramos Catfish un documental convertido en un reality en el que el americano Nev Schulman ayuda a jóvenes supuestamente enamorados por Internet, a descubrir si la persona con la que chatean a diario es real o tan solo un engaño. Nos ofrece así motivos para desconfiar de las relaciones establecidas a través de este medio, pues es difícil saber quién se esconde tras una pantalla.
La intención del autor, presentar su opinión acerca de este tema, es tan clara como su cumplida finalidad, convencer al lector de que Internet puede ser una herramienta tan útil como engañosa, debido a que, en ese mundo sin límites que es la red, nada es lo que parece ser. Uno de los problemas que nos presenta aquí Manuel Vicent (“[…] un mensaje de amor que le manda un desconocido. Así comienza un lobo digital a comerse a Caperucita”) es el grooming o abuso sexual infantil en línea. La protección del menor en la era digital se intenta llevar a cabo por medio de campañas de formación y talleres en centros educativos que informan sobre las amenazas en redes sociales. Pero, al final, es el joven el que tiene todas las posibilidades al alcance de su mano y el que debe elegir cómo actuar.
María F.
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