viernes, marzo 16

Las últimas luces, parecen rendirse al atardecer.




           Todo empezó aquel día atormentado. El ambiente parecía discurrir lleno de contradicciones. Alguien me había saludado desde lejos. La luz errante y mi escasa visión, me impidieron reconocerle, por lo que devolví un absurdo movimiento de brazo, una sensación ridícula me atravesó el cuerpo hasta florecer mi rostro.