Pero volviendo a esos valores, que en ocasiones eran irreverentes como la aprofesionalidad de Pepe Gotera y Otilio, pero en la mayoría de los casos reflejo de la sociedad en que vivíamos y eran nuestros guías para adentrarnos en el gran tinglado en el que veíamos inmersos a nuestros mayores. Estuvimos así confiados en ellos, hasta que el fantasma del socialrrealismo y del marxismo que recorrió la politizada sociedad española de la década de los 70, nos enseñó que Mortadelo no era sino un proletario al servicio del explotador Filemón; Las hermanas Gilda, ejemplos de la decadente sociedad occidental; Rompetechos y Carpanta, unos marginados del capitalismo imperante;... y nuestros ojos perdieron la inocencia de la niñez para encontrarnos de lleno con la lucha de clases, la explotación del hombre por el hombre, el Existencialismo, y todo lo demás. Al menos en nuestros recuerdos afloran personajes entrañables como el de hoy: Don Pelmazo.
Don Pelmazo era un auténtico pesado del que huían todos (fijaos blogueros en el ratón de la viñeta). Creado por Raf, seudónimo de Juan Rafart (creador también del más famoso y flemático `Sir Tim O`Theo). Ostentaba el dudoso mérito de aparecer en el momento menos apropiado e intentar arreglar los entuertos, sin que nadie se lo pidiera, y al final liándose más Podemos decir, que es una versión plomiza de El Quijote o un heredero aventajado de El castellano viejo de Mariano José de Larra (enlace texto). Más que pesado, pesado y medio, como creo que todos nos hemos sentido alguna vez. Y quién no ha evitado, en cierta ocasión, tropezarse con algún conocido: de verbo abundante, de explicación pormenorizada, insumiso militante de la vida ajetreada, amante de la charla pausada, titulado superior en palique diverso,.. coñazo superlativo.
[...] ¿Sabes que mañana son mis días? -Te los deseo muy felices. -Déjate de cumplimientos entre nosotros; ya sabes que yo soy franco y castellano viejo: el pan pan y el vino vino; por consiguiente exijo de ti que no vayas a dármelos; pero estás convidado. -¿A qué? -A comer conmigo. -No es posible. -No hay remedio. -No puedo -insisto ya temblando. -¿No puedes? -Gracias. -¿Gracias? Vete a paseo; amigo, como no soy el duque de F..., ni el conde de P... ¿Quién se resiste a una [alevosa] sorpresa de esta especie? ¿Quién quiere parecer vano? -No es eso, sino que... -Pues si no es eso -me interrumpe-, te espero a las dos; en casa se come a la española; temprano. Tengo mucha gente; tendremos al famoso X. que nos improvisará de lo lindo; T. nos cantará de sobremesa una rondeña con su gracia natural; y por la noche J. cantará y tocará alguna cosilla. [...]
Este personaje es pura ficción, cualquier similitud con la realidad es pura casualidad
ResponderEliminarMe recuerda a algunos que conozco, pero éste al menos tiene gracia. Se puede aprender mucho de los tebeos.
ResponderEliminarJosé
Yo soy la versión real de ese.
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