martes, noviembre 11

Mouriñismo

    Esta palabra del titular es para determinar esa extendida costumbre de celebrar con mucho brío las victorias, pero trastocar ese entusiasmo en las derrotas, y encima achacarlas a los que te rodean. Es también, la incapacidad de saber reconocer las grandes meteduras de pata. Con todo esto, me he acordado del funesto entrenador, que durante algún tiempo pasó por mi país, recuerdo sus celebraciones histrónicas en ocasiones y sus enfados descomunales repartiendo estopa con sus subordinados, cuando tocaba lo de las vacas flacas. Poca capacidad para reconocer los errores propios.



    En la calle ocurre igual. Observo esas pandillas de chavales en las que su líder se apunta victorioso a cualquier triunfo, pero se vuelve esquivo y distante en las derrotas. Su dedo acusador señala a los pobres compañeros y humillarlos para así eludir cualquier  responsabilidad.





    Y aunque estamos ya muy cansados de los políticos no podemos olvidar esa manía tan despreciable de nunca reconocer un error, por mínimo que sea. Además siempre se escudan en el Tú más, refiriéndose a la formación rival, en mi país esta costumbre es ya un clásico de los debates. Los ciudadanos ya nos tomas con cierta sorna esta costumbre. Claro que no deja de ser algo desesperante y que muestra la nula imaginación de los que dejamos y apoyamos para que nos dirijan.





    Me gusta recordar las las valoraciones de los resultados electorales, es algo digno de admiración.
  • Formación A, ganadora. Aunque sus resultados son mucho más bajos de los esperados, el entusiasmo es desbordante, todo es optimismo. pasable.
  • Formación B, han quedado los segundos. Pero no hay nada de crítica, como algunas encuestas anunciaban peores resultados, reina esa extraña satisfacción.
  • Formación C, terceros y le han dado bastante caña ¿Autocrítica? para nada. La culpa la achacan a que las formaciones A y B les han cerrado su espacio deliberadamente y claro, casi lo celebran como gran éxito electoral.
  • ...
  • Formación X, bueno estos han obtenido 30 votos, tendrán que reconocer el desastroso resultado. Pues no, aducen que están contentísimos ya que de los siete que se presentaban, sólo dos residen en la localidad y flipan con el número de votos obtenido. En realidad ni ellos mismos se lo creen.



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