Mucho ha cambiado la vida en estos casi 500 años, y el viejo palacio se ha ido adaptando como ha podido a las necesidades que sus moradores requerían. De residencia palaciega a casa de vecinos, hasta llegar al siglo XXI, donde la adaptación quizás está siendo más complicada. No era capaz de responder adecuadamente a las exigencias actuales, como residencia familiar es un edificio incómodo, difícil de acondicionar y con unos gastos elevados de conservación y mantenimiento.








